¿Qué información influye en la bolsa?

La información relativa a las empresas cotizadas y a su entorno eco-
nómico es decisiva en la toma de decisiones bursátiles. Los merca-
dos se mueven según expectativas y cualquier noticia puede desen-
cadenar un cambio de las mismas. Por esta razón, la información
es el activo más preciado y el acceso a datos de primera mano es
fundamental en la toma de decisiones de inversión. Pero tan impor-
tante como tener un acceso rápido a la información es saber inter-
pretarla, prever sus consecuencias sobre la compañía y la reacción
de los inversores.
La información: un elemento básico en laevolución
del mercado bursátil
El inversor necesita la máxima información sobre índices, volúme-
nes de contratación, frecuencia, volatilidad y otras estadísticas, tan-
to en el ámbito global como sectorial. Pero no sólo debe conocer
la información del mercado, sino también la relativa a las empresas
que cotizan en él: su situación económica-financiera, resultados y
perspectivas. La publicación de esta información permite que las co-
tizaciones reflejen con más objetividad el valor de la empresa. De
hecho, la normativa establece obligaciones de información cuan-
do una empresa accede al mercado y también de manera periódica
mientras cotice.
Un mercado con una información adecuada y suficiente para la
toma de decisiones será un mercado más eficiente y perfecto. Dicha
información ha de ser real, fidedigna, objetiva, actualizada, conti-
nuada e igual para todos. La información es un componente de la
protección al pequeño inversor: garantiza que éste tenga las mismas
posibilidades de formación de opinión bursátil que los inversores
institucionales.
La transparencia es uno de los requisitos del mercado perfecto
y está ligada a las exigencias de información, a la forma pública de
contratar, a la publicidad de los cambios e incluso a las posiciones
de mercado en cada instante. En la medida en que se mejore la infor-
mación, el mercado será más fluido y transparente y los inversores
tendrán una mayor posición de igualdad, sea cual sea su potencial

económico. La transparencia informativa es uno de los pilares bási-
cos de un mercado bursátil desarrollado y eficiente.
La información que influye sobre las cotizaciones bursátiles se
puede dividir en dos grupos: factores intrínsecos y extrínsecos.
¿Qué factores intrínsecosinfluyen en los precios?
Los factores intrínsecos son los que se encuentran en la misma bolsa
y están relacionados con los valores que en ella se contratan.
Entre estos factores se encuentran el volumen y la frecuencia de
contratación, la amplitud o estrechez del mercado, la rentabilidad
del valor, los niveles máximos y mínimos de contratación, los pre-
cios anteriores, la posición del mercado a crédito, la psicología del
inversor en bolsa y la diversificación en varios valores.
Por volumen y frecuencia de contratación, podemos distinguir
dos grandes grupos de valores: los «blue chips» y los valores de
pequeña y mediana capitalización bursátil.
El término anglosajón «blue chips» se aplica a los valores estrella,
con alta capitalización bursátil y elevada frecuencia de contratación,
es decir, muy líquidos. En general, tienen buenos datos fundamenta-
les y en el largo plazo ofrecen buena rentabilidad. Son valores que
deberían tenerse en cualquier cartera diversificada, ya que son los
que más pesan en los índices bursátiles por capitalización.
Otra de las ventajas de los «blue chips» es la posibilidad de ope-
rar a través de productos derivados. En estos momentos, el inversor
puede encontrar opciones, futuros y «warrants» sobre los principales
valores de la bolsa española. Las opciones sobre estos valores permi-
ten realizar operaciones de cobertura en momentos de turbulencia
de los mercados y amplificar los movimientos de los subyacentes
arriesgando únicamente una prima de valor inferior al subyacente.
En el extremo opuesto, se encuentran los valores de pequeña y
mediana capitalización bursátil. La inversión en algunos de ellos es
tan segura como la inversión en «blue chips». Pero los más pequeños,
conocidos coloquialmente como «chicharros», sí entrañan más ries-
go: se caracterizan por su reducida frecuencia y volumen de contrata-
ción, por lo que, muchas veces, su control lo ejercen grupos reducidos
que pueden llegar a influir directamente en los precios bursátiles.

Este tipo de valores es desaconsejable para inversores inexpertos:
los riesgos de iliquidez son importantes y el potencial de revalorización
de las acciones no está delimitado por el libre juego de la oferta y la
demanda, con lo que el inversor se puede quedar atrapado por los inte-
reses de los grupos dominantes en ese valor.